Barrio de las Letras en Madrid

Sin embargo, a pesar de ser vecinos, no siempre la relación era cordial y amistosa. El gran Francisco de Quevedo compró la casa donde vivía Góngora, quién pasaba por apuros económicos, solamente por el placer de desahuciarle. Otro caso de famosa enemistad fue el de Lope de Vega y Miguel de Cervantes que se dedicaban “cariñosos” epítetos el uno al otro. Dicen que Cervantes envidiaba el éxito y la fama alcanzada por Lope con sus obras de teatro.

Poco queda de esa época gloriosa de las letras española y el barrio ha cambiado su fisonomía por completo. La viejas casas de adobe y ladrillo fueron demolidas y los restaurantes, hoteles y pequeñas tiendas llenan las calles de este barrio abarrotado de madrileños y curiosos.

El inexorable paso del tiempo ha convertido el lugar donde reposan los restos de Lope de Vega o Ventura Rodríguez en una floristería-vivero donde se realizan actividades para niños (El Jardín del Ángel, Calle Huertas, 2). O por ejemplo, la casa donde Cervantes vivió fue demolida en 1833 y sustituida por apartamentos y una ortopedia. Cuentan que el propio Rey Fernando VII intervino para evitar que el dueño del edificio derribase la vieja casa de Cervantes pero fue inútil.